Con perfiles recargados gracias a las lluvias recientes y precios de insumos que generan condiciones favorables, crece el entusiasmo entre los productores del sudeste de Córdoba de cara a la siembra de la campaña fina. Aunque los costos de labores y la incertidumbre macroeconómica generan cautela, el trigo vuelve a ganar protagonismo.
Agua en el perfil y expectativas en el aire
El clima está jugando a favor. Las lluvias registradas durante el verano y el comienzo del otoño recargaron los perfiles de suelo en buena parte del sudeste cordobés, lo que alimenta el optimismo de cara a una nueva campaña triguera. Según los asesores técnicos de la región, esa disponibilidad de agua es clave para encarar el invierno con expectativas firmes.
“Cuando en esta zona del centro de Córdoba tenemos una recarga en otoño, enseguida nos ponemos de cara al trigo, porque es esa agua la que vamos a usar para el cultivo”, explicó el asesor Juan Pablo Ioele, quien además destacó que muchas empresas ya cuentan con rastrojos que facilitaron la conservación de la humedad.
Aunque la campaña no está exenta de desafíos —como la falta de reservas profundas por las secas anteriores—, por primera vez en mucho tiempo se percibe una base sólida de humedad que permite planificar con anticipación. “Ya estamos recargando el primer metro del perfil, y eso nos posiciona bien para un buen arranque”, agregó.
Valentín Gentiletti, también asesor en el sudeste cordobés, coincidió: “La intención de siembra es alta. Hay muchas ganas de apostar al trigo y, en muchos casos, de volver a esquemas de rotación más intensificados”.
Un contexto de costos mixtos, pero alentador
En cuanto a la rentabilidad, el panorama muestra claroscuros. Si bien las labores —en especial la siembra— se han encarecido significativamente por el alto costo en dólares de las maquinarias, la relación insumo-producto sigue siendo atractiva para el productor.
“El precio de los fertilizantes, como el monoamónico y la urea, mantiene una buena relación con respecto al valor del trigo, lo que hace viable la inversión”, detalló Ioele. Gentiletti agregó que si bien el precio del grano no es excepcional, sí es lo suficientemente bueno como para incentivar la siembra, sobre todo si los perfiles se completan con algunas lluvias más en abril.
Competitividad y rotaciones que vuelven
El trigo vuelve a posicionarse como una opción competitiva, sobre todo cuando se lo considera dentro de esquemas de rotación con soja de segunda. Si bien el maíz lidera por productividad y precio en el sudeste, el trigo-soja aparece como una estrategia atractiva para diversificar riesgos y aprovechar al máximo la ventana de producción.
“La relación insumo-producto, el gusto del productor por el trigo y los aportes agronómicos del cultivo al suelo son factores que suman. Y si analizamos márgenes brutos, el trigo con soja de segunda compite muy bien con soja de primera”, analizó Gentiletti.
No obstante, tanto él como Ioele advierten que la incertidumbre macroeconómica y el futuro de los Derechos de Exportación (DEX) podrían modificar el escenario. Aún resta saber qué sucederá luego del 30 de junio, cuando vence el esquema actual de retenciones definido por el Gobierno Nacional.
Balance y mirada a futuro
Con humedad disponible, precios de insumos relativamente estables y un renovado entusiasmo por parte de los productores, la campaña de trigo 2025 en Córdoba se perfila como una de las más prometedoras de los últimos años. Si el clima sigue acompañando y se aclaran algunas variables económicas clave, el cultivo podría consolidarse nuevamente como uno de los pilares de la rotación en la región.
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